Desde el lanzamiento del mercado libre energético en el año 2009 las compañías han estado ofreciendo ofertas con precios fijados durante un determinado tiempo, normalmente un año. Para el consumidor es importante no solo el compromiso -si se adquiere- sino que la terminación del contrato puede estar supeditada a una variación de las condiciones económicas en su factura de electricidad o gas.

Generalmente cuando el año termina se inicia uno nuevo automáticamente, sin interrumpir el servicio, con unos precios más caros. Este tipo de práctica se lleva a cabo porque el cliente habitualmente pierde el compromiso que le asocia a la comercializadora.

En definitiva, es importante estar dispuesto a valorar proposiciones de cualquier compañía desde un mes antes de que termine el contrato, consultar que puede ofrecer la compañía actual y situarlo en contraste con las demás. Este es uno de nuestras labores, poder orientar al cliente que compañía es la que mejores prestaciones ofrece en ese momento para exprimir al máximo el ahorro en las facturas.